martes, 25 de noviembre de 2008

GRACIAS PADRE



Dar Gracias es algo que no acostumbramos hacer, por eso inventamos conmemoraciones a lo largo del año para recordarnos que tenemos que ser agradecidos. Cuando todo está bien en nuestra vida, muchas veces olvidamos dar gracias a Dios. Pero cuando la realidad nos golpea de cerca, con un hecho incomprensible para nosotros, es ahí donde reaccionamos y damos un grito al cielo clamando por una respuesta.

Entonces comenzamos a preguntarnos: ¿Quién Soy, de dónde vengo, adónde voy, porqué me suceden estas cosas, porqué la vida es injusta conmigo...?, y es cuando Dios se queda en silencio y no nos contesta. Si Dios nos diera las respuestas, Él haría todo por nosotros, y entonces ¿qué sentido tendría nuestra vida? Parte del propósito de nuestra vida es encontrar las respuestas a todas estas preguntas y a muchas más. Ésta es la finalidad de las actividades metafísicas, de los libros, de las páginas web y de todo lo que hacemos para ayudar a la gente a encender esa Luz en sus vidas.

Todos los seres humanos que están comenzando a abrir los ojos a la realidad de la vida se hacen todas estas preguntas en algún momento. Así, tenemos que tener el claro propósito de responder todas estas preguntas a medida que avanzamos por el sendero de la vida.

¿Qué es lo que falla cuando sucede una aparente “injusticia”? Nada falla. Todo es causa y efecto. Somos libres y hacemos uso de nuestra libertad a cada momento, incluso cuando nos equivocamos. Todos nosotros tenemos un Plan Divino de Perfección, pero esto es solo un plan, no es necesariamente lo que luego sucede. El Plan Divino siempre es perfecto y contempla el bien y solo el bien. Pero somos nosotros los ejecutores del Plan, y con nuestra libertad elegimos llevarlo a cabo o ignorarlo y hacer algo diferente a lo que Dios ideó para nosotros. Nuestro Plan Divino de Perfección es que seamos felices, que estemos llenos de amor, que tengamos todo lo que necesitemos en abundancia, que tengamos cuerpos sanos y una sabiduría infinita para comprender la vida.

Uno de los secretos de la felicidad es dar gracias por todo y bendecir toda situación. Cuando nos suceda algo inesperado o incomprensible, digamos: “Bendigo el bien en esta situación. Lo declaro y lo quiero ver. Gracias Padre porque así es”. Toda situación difícil es una oportunidad para crecer y aprender. No la desaprovechemos, ya que para eso es la vida.

Demos gracias al Padre por el aire que respiramos, por la belleza que nos rodea, por la Luz del Sol que nos da vida y energía, por nuestros amigos, por nuestra familia, por el trabajo, por la comida de cada día, por la ropa que nos viste, por la salud de nuestro cuerpo y por la infinidad de bendiciones que nos regala esta vida a cada instante.

Vivamos agradecidos y demos gracias por todo. Quien vive agradecido lo recibe todo en abundancia. Incluso digamos ¡Gracias Padre!, antes de recibir cualquier cosa que estemos necesitando. El sentimiento de gratitud en nuestro corazón será la llave maestra que nos llenará de bendiciones.

El solo hecho de sentir agradecimiento por la vida, nos llenará de inmensa felicidad