jueves, 3 de diciembre de 2009
Tras las pruebas HAY UNA VIDA MEJOR.
Cuando tomamos consciencia de nuestro Ser, cuando somos capaces de soportar las adversidades y aún aprender de ellas, recibimos las bendiciones, tales como sentir plenitud, las recompensas soñadas, la realización, la cristalización de nuestros sueños, entre otros logros.
Debemos aceptar en cada momento de la vida las responsabilidades que las circunstancias nos plantean, incluso renunciando a objetivos previos, planes y ambiciones, siempre teniendo presente que la vida quiere lo mejor para nosotros de tal manera que todo cuanto vivimos es un escalón necesario, aunque no necesariamente sencillo, para un logro superior, más adecuado y necesario para nuestra esencia, para nuestro Ser.
Comprender desde una mayor perspectiva las circunstancias y acontecimientos de la vida nos permite afrontarlo todo con mayor comprensión, menor apego, menor sufrimiento y mayor esperanza.
Cuando superamos las pruebas que la vida nos aporta nos reencontramos con renovadas energías que antes creíamos estancadas o bloqueadas, un nuevo torrente nos invade y todo fluye con una velocidad y facilidad que antes creíamos imposible.
Los cambios llegan a nosotros cuando internamente hemos aprendido las lecciones que la vida intenta enseñarnos mediante el espejo de la vida: las circunstancias externas que nos enseñan lo interno por superar, aprender y mejorar.
Soltemos apegos para poder despegar.
Integremos nuestras experiencias para estar alineados con nuestro Ser.
Cuando las circunstancias parecen estancadas, medita y analiza desde lo más íntimo de tu Ser, pues las condiciones cambiarán tarde o temprano y serán positivas y benéficas para ti.
A menudo es mejor rendirse a las circunstancias, someternos a las responsabilidades derivadas de lo que vivimos, y desde la aceptación todo fluirá mucho más liviano y rápido. Algunas responsabilidades no alcanzamos a entenderlas por su dificultad, por el cúmulo de personas implicadas y/o porque proceden de vidas pasadas.
Desarrollemos la serenidad, la paciencia y la perseverancia, obtendremos con estas virtudes la claridad y la presencia de nuestro Ser para un mejor afrontar y superar las circunstancias que vivimos en cada momento.
Si pudiésemos entender el camino de nuestra alma, a la luz de la suma de sus vidas y de las pruebas vividas y las asignaturas por aprender, entenderíamos que todo es para un bien mayor y que todo es una prueba.
Nuestra alma, mientras duerme su consciencia en nuestro interior, espera anhelosa despertar a nuestra consciencia diaria para alentarnos y mostrarnos una mayor perspectiva del tránsito por la presente vida humana.
Permitamos que la Luz de nuestra Alma emerja en nosotros, cada cual que lo haga según sus costumbres, preferencias y gustos, pero permitamos que nuestras almas salgan a la luz, que se manifiesten. Este es el gran aprendizaje de nuestra actual raza humana: el Despertar de Nuestra Luz Interior.
Mientras he escrito... mientras has leído... nuestras almas ya han despertado un poquito más...
Miguel Ángel Darshan
Miembro del Equipo de Lux Vitae - Luz de Vida
http://www.LuxVitae.com
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