LA LEY DE LA VIBRACIÓN

Hace ya algún tiempo que expuse en este blog las Siete Leyes Universales por las que se rige el Universo.
Teniendo en cuenta la importancia del tema, de nuevo quisiera compartir con todos las mismas



Todo, absolutamente todo en el Universo, está conectado con todo lo demás, a trávés de la Ley de la Vibración. Así como los colores del arco iris están conectados de manera que no podemos distinguir en donde termina un color y comienza el otro, así es como no podemos distinguir en donde termina una “cosa” y comienza la otra.

Todo en el Universo está conectado a todo lo demás, así como el agua hirviendo está conectada al vapor en el que se convierte, y el vapor está conectado al aire en el cual ocurre la transformación.

Así es como nosotros estamos conectados a todo lo demás en el Universo, aunque no lo podamos ver a simple vista. La única diferencia física que existe entre una cosa y la otra, es la densidad o la amplitud de su vibración. Por lo tanto, cuando eliges cierto pensamiento, las células de tu cerebro se afectan. Estas células vibran y mandan ondas electromagnéticas. Cuando te concentras en ese pensamiento, aumentas la amplitud de la vibración de esas células y las ondas eléctricas, a su vez, se hacen más potentes.

Entonces eres tú quien está originando esas ondas eléctricas, y eres tú también quien está determinando su densidad con tus propios pensamientos. Y ya que tú estás originando esas ondas eléctricas, todo tu ser está en esa vibración en particular. Cuando mantienes la imagen de tu deseo o meta en tu mente, en tiempo presente, estás vibrando en armonía o en resonancia con las partículas de energía necesarias para la manifestación de tu imagen en el plano físico. Al sostener esa imagen, las partículas de energía se están moviendo hacia tí, y tú te estás moviendo hacia ellas.

Todas las cosas son manifestaciones de energía. Cuando todos entiendan esta gran verdad, estaremos conscientes de que todos somos lo mismo, solo aparentamos ser diferentes. Las verdaderas líneas divisorias para la humanidad no son las fronteras, el color de la piel o los idiomas, sino la ignorancia y el conocimiento de la verdad.