viernes, 15 de mayo de 2009
GENEROSIDAD - MADRE TERESA DE CALCUTA
Andamos tan acelerados que ni siquiera tenemos tiempo de mirarnos unos a otros y sonreírnos.
Debemos de tratar de ser amables y corteses y ser conscientes que no es posible amar a Cristo si no lo amamos en el prójimo. No tenemos necesidad de ir en busca de oportunidades para cumplir con este mandato, pues se nos ofrecen en cada momento, donde quiera que nos encontremos.
Lo importante no es hacer muchas cosas ni hacerlo todo, lo que importa es estar preparados para todo, en todo momento y estar convencidos de que cuando servimos, servimos realmente a Dios.
Si nos preocupamos demasiado en nosotros mismos, no nos quedará tiempo para dar a los demás. Abrid vuestros corazones al amor que Dios vuelca en ellos. Lo que Dios os da no es para que lo ocultéis ni lo defendáis bajo llave, os lo da para que lo compartáis, pues, cuando más os lo queráis quedar, menos seréis capaces de dar; cuanto menos tengáis, más capaces seréis de compartir.
Debemos aprender a dar. Pero no verlo como una obligación sino como algo apetecible. Dad hasta sentirlo, hasta que os duela.
Nunca debemos de darnos por satisfechos: Jesús lo dio todo, hasta la última gota de su sangre. Hagamos lo mismo nosotros también: démoslo todo.
No os canséis de dar, pero no deis las sobras, lo que no necesitas. Lo que la gente necesita no son nuestras condescendencia ni compasión, ni son un saco de desperdicios en el que damos cabida a todo lo que no nos sirve. Lo que necesitan es nuestro amor y bondad.
MADRE TERESA DE CALCUTA
No hay comentarios:
Publicar un comentario