martes, 18 de noviembre de 2008

LA REGLA DE ORO


La razón por la que "La Regla de Oro", es tan exitosa es porque ella nos recuerda la esencia básica del carácter humano, que nos indica que los demás siempre nos tratarán de la misma forma en que nosotros los tratamos.

Es muy simple, vaya digamos a una tienda de compras, si usted recibe un buen trato de un vendedor, cada vez que vuelva buscará esa persona para que le atienda nuevamente y a su vez, usted será un cliente muy atento.

En los niños y hasta en los animales esta regla la evidenciamos con más rapidez, denle amor y buen trato a un niño y verán que será un niño amoroso y seguro de sí mismo, pero si maltratamos a nuestros infantes, tendremos niños inseguros que seguramente nos mentirán y hasta podríamos causarles hostilidad y resentimiento, así como su natural rechazo. A un perro trátelo mal y verá como se mostrará arisco y en cuanto pueda le morderá (luego no le eche la culpa al pobre animal), pero si usted es cariñoso con él, bueno, ya se podrá imaginar que tan fiel y amoroso será esta mascota.

En pocas palabras, La Regla de Oro nos enseña que cosechamos lo que sembramos, sea bueno o malo.

Por ende, si queremos ser respetados o amados, debemos empezar nosotros por brindárselo a quienes nos rodean. A su vez, quienes engañan o se enseñan contra los demás, más temprano que tarde recibirán la misma cosecha de deshonestidad o maltrato.

Hace unos pocos años la Associated Press (AP), presentó un artículo donde se catalogaban a 85 naciones según su nivel de corrupción en los ámbitos empresarial y gubernamental. Los resultados de este estudio fueron dados a conocer por la organización Transparency International (con sede en Berlín), encargada de informar sobre el impacto de la corrupción estatal en el desarrollo de una nación y en consecuencia la calidad de vida de sus habitantes. Este artículo demostró la conexión directa entre ambos factores, por cuanto los países que tienen un mayor grado de corrupción administrativa y empresarial, también son los que presentan los estándares de vida más bajos. Mientras que las naciones cuyos ambientes en el mundo de los negocios, se basan en valores como la honestidad e integridad tienen los más altos índices en calidad de vida.

En pocas palabras, la deshonestidad, traición o lo que es un simple acto de corrupción, a la larga, crean un auténtico desequilibrio del normal desarrollo del ambiente donde se incurren en estas faltas, porque el ladrón (del tipo que sea), es alguien que piensa que tiene que delinquir para prosperar, porque en su mundo mental todo es limitación, considerando que con el robo (evasión de impuestos, dueños de negocios que tienen balanzas adulteradas o venden mercancía defectuosa, sobornos, etc.); lograran salir adelante. Lo más triste es que muchos se enriquecen "fácilmente", pero luego por La Regla de Oro, pierden algún tesoro inestimable (que no necesariamente tiene que ser una posesión material).

Muchos, tal vez se pregunten por qué yo debo tratar bien a quien me trata mal, o ser honesto con quien me ha engañado. Bueno, les puedo decir que lo esencial de esta regla es que nosotros seamos los primeros en aplicarla y no esperemos a recibir para dar y cuando recibimos un mal trato es cuando mejores personas debemos ser, esto no significa exponernos a que constantemente alguien o alguna situación nos dañe, es simplemente mantener limpio lo más que podamos nuestro corazón, seguir adelante y no caer en la trampa de la venganza la cual nos limita como personas, seres espirituales y nos impide ver las grandezas que nuestro amado Padre Celestial, tiene para nosotros.

Este mundo de las formas es imperfecto, entonces lejos de enfocarnos en el daño que un momento dado podamos recibir, simplemente trascendamos la esencia pasajera que tienen las cosas de la tierra, para sembrar nuestras semillas de amor y fe en cada lugar que pisemos.

Al ser honestos y usar esta regla mágica no sólo veremos los maravillosos frutos que sembramos, sino que tendremos la tranquilidad y paz espiritual de saber que cuando dejemos esta existencia limitada, habremos contribuido por hacer este jardín de rosas un lugar con más pétalos frescos y menos espinas para la humanidad.

Esa paz interior es la que me permite acostarme tranquila cada noche y saber que aunque tengo muchas cosas por hacer, si Mi Padre me llamará a su encuentro ahora mismo me iría tranquila y con una sonrisa en los labios a fundirme en su eterno regazo.

Alejandrina Hernández